[1] Suetonio, Augusto, 25. <<
[2] El tío de Augusto es Julio César; cfr. ibidem, 8. <<
[3] Fue establecida por Luis XI en 1469. El propio Montaigne la recibió en 1571 (como cuenta en un pasaje de II, 12), pero en su época la excesivamente generosa concesión la había ya desprestigiado. <<
[4] (a-b) Es una moneda que vale para toda clase de mercancía. <<
[5] Marcial, XII, 80, 2. <<
[6] Cfr., sobre este asunto, II, 17, al final. <<
[7] Montaigne se acuerda quizá del final del Príncipe de Maquiavelo, con su exhortación a la unidad de Italia. El tema de una posible guerra exterior que sería útil para pacificar Francia internamente es abordado en II, 23. <<
[8] Tito Livio, XXV, 19, 12. <<
[9] Montaigne se refiere ahora a la orden del Espíritu Santo, instituida por Enrique III en 1578, para sustituir a la tradicional pero muy desacreditada orden de Saint Michel. <<
[10] (a-b) y nos es tan familiar por el tan perfecto y tan grato aire francés que le han dado [Es decir, que le ha dado Jacques Amyot, el traductor de Plutarco al francés; cfr. obras como La virtud moral, Si la virtud puede enseñarse, etc.]. <<
[11] Es decir, el término «uirtus» derivaría de «uis» (‘fuerza’); cfr. I, 19, al inicio; II, 11, al inicio. <<
[12] Cfr. Castiglione, Cortesano, I, 42. <<
[13] Cfr. Lucrecio, V, 1111-1112, que destaca el prestigio primitivo de la fuerza (pero también el de la belleza). <<
[14] Castiglione, Cortesano, II, 91; III, 37 (la razón de esta extrema preocupación por la castidad femenina estribaría, según Castiglione, en la necesidad de asegurar el origen de los hijos). <<