[1] Plutarco, Comparación entre Licurgo y Numa, 26, 4-12. <<
[2] Aristóteles, Ética a Nicómaco, X, 9, 1180a 25 y ss. (Aristóteles cita a la Odisea, IX, 114). <<
[3] Juvenal, VI, 648-650. <<
[4] Hipócrates, Pronóstico, 2, citado por Plutarco en El refrenamiento de la ira, 6, 455e. <<
[5] Juvenal, XIV, 70-72. <<
[6] Cfr. Séneca, La ira, III, 32, 2. <<
[7] Plutarco, El refrenamiento de la ira, II, 460a. <<
[8] Ibidem, II, 460b. <<
[9] Cfr. ibidem, II, 459e-f. <<
[10] Ovidio, El arte de amar, III, 503-504. <<
[11] (a-c1) Lucio Saturnino. <<
[12] Suetonio, César, 12. <<
[13] Cfr. la Memoria atribuida a La Boétie, donde se considera que los partidarios de la Reforma utilizan los vicios de los clérigos como un «argumento invencible» contra la Iglesia ante el pueblo, el cual carece de juicio suficiente para distinguir entre vida y doctrina: «Han creído fácilmente que era falsa la doctrina de quienes vivían tan mal y cometían abusos tan groseros; y, al contrario, que era verdadera la doctrina de sus adversarios, por haber visto que tenían razón en cuanto les habían dicho sobre la disolución de las costumbres». <<
[14] Plutarco, Máximas de reyes y generales, 192b; Máximas de espartanos, 220e. <<
[15] Idem, Máximas de espartanos, 223f. <<
[16] El primero lo hace, por ejemplo, en sus Filípicas; a Bruto se le atribuye un libro sobre la virtud que se ha perdido (pero véase el Bruto de Plutarco). <<
[17] El primero lo hace en el primer libro de sus Tusculanas, el segundo, por ejemplo, en La brevedad de la vida o en Cartas a Lucilio, 70. <<
[18] (c1) de la virtud y de los deberes <<
[19] Plutarco, Cómo se debe escuchar, 7, 41b; Máximas de espartanos, 233f; Consejos políticos, 4, 801b. <<
[20] Aulo Gelio, I, 26, 4-9. <<
[21] Plutarco, La educación de los hijos, 14, 10d; La tardanza de la divinidad en castigar, 5, 551b; Valerio Máximo, IV, 1, ext. 1. <<
[22] Plutarco, La educación de los hijos, 14, 10d; Contra Colotes, 2, 1108a; Séneca, La ira, III, 12, 5-6; Valerio Máximo, IV, 1, ext. 2; cfr. Diógenes Laercio, III, 38-39. <<
[23] Plutarco, Máximas de reyes y generales, 189f; Máximas de espartanos, 232c. <<
[24] Séneca, La ira, I, 18, 3-6. <<
[25] Ibidem, III, 8, 6. <<
[26] Plutarco, Consejos políticos, 14, 810d-e. <<
[27] Virgilio, Eneida, VII, 462-466. <<
[28] Diógenes Laercio, VI, 34; Plutarco, Cómo percibir los proprios progresos en la virtud, II, 82c-d; Vida de los diez oradores, 847f. <<
[29] Séneca, Cartas a Lucilio, 56, 10. <<
[30] Claudiano, Contra Eutropio, I, 237. <<
[31] Virgilio, Eneida, XII, 103-106. <<
[32] Cfr. Cicerón, Los deberes, I, 38, 136; Séneca, La ira, II, 14, 1; II, 17, 1. Pero véase también Maimónides, Libro del conocimiento, II, 2, 3. <<
[33] Cfr. Séneca, La ira, I, 17, 1 (cfr. Aristóteles, Ética a Nicómaco, III, 8, 1116b 23 y ss.; IV, 5, 1126b 1-2). <<
[34] Séneca, La ira, I, 17, 1. <<