[1] (a-b) que la busque <<

[2] (a-b) Pero tengo una memoria que es incapaz de conservar durante tres días la munición que he puesto bajo su custodia. <<

[3] (b) salvo dar a conocer lo que pienso: Excutienda damus praecordia [Dejamos a su examen los secretos de nuestro corazón (Persio, V, 22); la cita es trasladada, después de 1588, a una página del capítulo III, 9]. <<

[4] (a-b) y a la creencia que tengo al respecto. Lo que arrebato a otros, no lo arrebato para hacerlo mío; aquí no pretendo sino razonar y juzgar. Lo restante no incumbe a mi papel. No pido nada salvo que se vea si he sabido elegir lo que cuadraba exactamente con mi asunto. Y el hecho de que a veces esconda expresamente el nombre del autor, en aquello que tomo prestado, se debe a que pretendo poner freno a la ligereza de quienes se dedican a juzgar de todo lo que se presenta, y, por no tener una nariz capaz de probar las cosas por sí mismas, se detienen en el nombre del artífice y en su reputación. Quiero que escarmienten condenando a Cicerón o a Aristóteles en mí. <<

[5] (c1) a veces he omitido expresamente indicar el autor <<

[6] Cfr. Horacio, Cartas, I, 3, 18-20. <<

[7] Propercio, IV, 1, 70. <<

[8] (a-b) pues mi juicio no se satisface con una comprensión mediana. [Sobre el incompleto dominio de la lengua griega de Montaigne, véase I, 25 hacia el final]. <<

[9] El poeta neolatino Jan Everaerts (1511-1536) fue autor de 19 piezas eróticas al estilo de Catulo llamadas Basia (1541), que tuvieron un enorme éxito. <<

[10] (a-b) y, en los siglos un poco anteriores al nuestro, la Historia Etiópica. [Montaigne se refiere también a esta novela helenística, obra de Heliodoro Emeseno, en un añadido tardío que se encuentra hacia el final de II, 8]. <<

[11] Véase I, 25, hacia el final. <<

[12] En efecto, dice Montaigne en I, 25, hacia el final: «Mi primer gusto por los libros me vino del placer de las fábulas de las Metamorfosis de Ovidio». <<

[13] De hecho, ya Marsilio Ficino y Henri Estienne consideraron apócrifa esta obra, aunque la editaron junto a las de Platón. <<

[14] Recuérdese la célebre frase ciceroniana, a propósito de la doctrina de la inmortalidad del alma (también tratada en el Axíoco): «Prefiero ¡por Hércules! errar con Platón, a quien sé cuánto estimas tú y a quien por tu boca admiro, que con ésos sentir lo verdadero» (Tusculanas, I, 17, 39; trad. J. Pimentel, México, 1987). <<

[15] (a-b) pues se entrega demasiado a la afectación de agudezas y sutilidades de su tiempo [La Farsalia de Lucano constituye, si no una apología de la república romana, al menos una defensa de la conciliación entre principado y libertad]. <<

[16] Catulo, 43, 8. La comparación entre Ariosto y Virgilio se encuentra, por ejemplo, en J. du Bellay, Défense et illustration de la langue française, II, 5. <<

[17] Cfr. el capítulo I, 39, hacia el inicio, donde Montaigne reconoce a Escipión y a Lelio como verdaderos autores de las comedias de Terencio. <<

[18] En efecto, Cicerón cita a menudo a Terencio. <<

[19] Horacio emite un juicio negativo sobre Plauto (Cartas, 2, 1, 170-176; Arte poética, 270-274). <<

[20] En su Diario de viaje leemos que Montaigne, a finales de junio de 1581, compró una serie de comedias italianas en una librería de Florencia. En Bolonia había presenciado, con gran satisfacción, la actuación de ciertos cómicos (probablemente los Confidenti). <<

[21] Horacio, Cartas, II, 2, 120. <<

[22] Marcial, VIII, «Prefacio». <<

[23] Es decir, el Orlando furioso, de Ariosto. Cfr. Ronsard, La Franciade, «Épître au lecteur». <<

[24] Virgilio, Geórgicas, IV, 194. <<

[25] Cfr. Horacio, Arte poética, 343-344. <<

[26] Jacques Amyot tradujo del griego al francés las Vidas de Plutarco en 1559 y las Obras morales en 1572 (cfr. II, 4, al inicio). <<

[27] Séneca fue preceptor de Nerón; Plutarco, supuestamente, de Trajano. Séneca procedía de Córdoba; Plutarco, de Queronea, en Grecia. <<

[28] La condena en La ira, III, 3, 4 y Los beneficios, II, 20; pero parece justificarla, por ejemplo, en Cartas a Lucilio, 94, 65. <<

[29] Cfr. Plutarco, Numa, 14, 5: «Cuando un magistrado consulta las aves o efectúa un sacrificio, se grita “Hoc age". Este grito significa ‘Hazlo’: invita a los presentes a la atención y al recogimiento» (véase también Plutarco, Coriolano, 25, 3-4). <<

[30] Esta fórmula aparece, como se sabe, en la misa, en el prefacio que antecede al sacramento eucarístico. Es interesante que Montaigne, en la edición de 1582, tras su contacto con la censura eclesiástica romana, suprime la referencia al «Sursum corda», que parece implicar la equiparación entre los sacrificios paganos y la misa católica, pero la recupera después de 1588. <<

[31] Montaigne alude quizá a su insuficiente comprensión de la lengua griega (véase I, 25, hacia el final). <<

[32] Séneca y Plutarco. <<

[33] Pero cfr. I, 39. <<

[34] Cfr. los capítulos I, 25 y II, 31. <<

[35] Cicerón, El bien y el mal supremos, I, 3, 8; Séneca, Consolación a Helvia, 9, 4. <<

[36] El punto es desarrollado en II, 31, a propósito de la crítica protestante a los vicios de los sacerdotes católicos. <<

[37] Es decir en el Bruto, escrito por Plutarco. <<

[38] Séneca el Rétor, Suasorias, VII, 13. <<

[39] Tácito, Diálogo sobre los oradores, 18, 5. <<

[40] Ibidem, 23, 1. <<

[41] Cicerón, La vejez, 10, 32. <<

[42] (a-b) y, al mismo tiempo, la consideración de las naturalezas y de las condiciones de hombres distintos, las costumbres de naciones diferentes, son el verdadero objeto de la ciencia moral. <<

[43] Montaigne sigue aquí al pie de la letra lo que escribe Jacques Amyot en el prefacio a su traducción francesa de las Vidas de Plutarco. <<

[44] Diógenes Laercio es el autor de las Vidas y doctrinas de filósofos ilustres. <<

[45] (a-b) Pero sólo César <<

[46] Se conserva en Chantilly un ejemplar de los Comentarios de César que perteneció a Montaigne. En él están anotadas las fechas en que inició su minuciosa lectura (el 25 de febrero de 1578) y la concluyó (el 21 de julio). <<

[47] Montaigne anotó al frente de su ejemplar de las obras de César: «En suma, César es uno de los mayores milagros de la naturaleza…». <<

[48] Cicerón, Bruto, 35, 261. <<

[49] (a-b) y a toda la charlatanería jamás habida. <<

[50] Puede leerse un planteamiento similar en I, 30. <<

[51] Podría ser una alusión al nombramiento de Pierre Paschal (1522-1565) como historiógrafo del rey en 1554, debido principalmente a su fama de gran orador ciceroniano. Adrien Turnèbe, muy admirado por Montaigne, le dedicó una sátira latina en 1559, traducida este mismo año al francés por Joachim du Bellay. <<

[52] (a-b) Si no escribían de lo que habían visto, al menos la experiencia en el manejo de asuntos semejantes les volvía el juicio más sano. <<

[53] Suetonio, César, 56, 4. <<

[54] Cfr. Jean Bodin, Methodus ad facilem historiarum cognitionem, 4. <<

[55] Es decir, en la Storia d’ltalia de Francesco Guicciardini (1483-1540). <<

[56] El mismo juicio en el Methodus, 4 de Jean Bodin. <<

[57] Cfr. Historia de Italia, 20, 7, donde Guicciardini sostiene que Clemente VII, papa entre 1523 y 1534, habría sido «un hombre de gran capacidad si la timidez no le hubiera corrompido a menudo el juicio». <<

[58] Cfr., sin embargo, san Pablo, Romanos 3, 9-12: «Judíos y gentiles nos hallamos todos bajo el pecado, según está escrito: “No hay justo, ni siquiera uno… Todos se han extraviado, todos están corrompidos; no hay quien haga el bien, no hay ni siquiera uno”» (trad. Nácar-Colunga). <<

[59] Véase a este respecto la reflexión de Montaigne en I, 36. <<

[60] Philippe de Commynes (c. 1447-1511) recogió en sus Memorias la historia política de los reinados de Luis XI y de Carlos VIII. <<

[61] El señor de Langey, Guillaume du Bellay (1491-1543), y su hermano Martin (1495-1559), primos del gran poeta Joachim du Bellay, fueron autores de unas Memorias sobre la historia política y militar de la primera mitad del siglo XVI. <<

[62] Jean de Joinville (1225-1317), amigo del rey Luis IX, fue el autor del Livre des saintes paroles et des bonnes actions de Saint Louis. Eginardo (c. 770-840), consejero del emperador Carlomagno, escribió una Vita Karoli; se le atribuyeron también unos Annales Francorum. <<

[63] La duquesa de Etampes (1508-1580) fue una influyente amante de Francisco I. <<