[1] Plutarco, Alejandro, 4, 4-5; Conversaciones de sobremesa, I, 6, 623e; cfr. Pomponazzi, De incantationibus, III, 7; VI, 10. <<
[2] Plauto, Mostellaria, 273. <<
[3] (b-c1) como se dice que el mejor olor de sus acciones es que sean imperceptibles y sordas. <<
[4] Marcial, VI, 55, 4-5. <<
[5] Idem, II, 12, 4. <<
[6] Horacio, Épodos, 12, 4-6. <<
[7] Cfr. Heródoto, IV, 75, 3. <<
[8] En 1585 Montaigne abandonó Burdeos y su propia casa escapando de la peste. <<
[9] Diógenes Laercio, II, 25. <<
[10] Cfr. Pomponazzi, De incantationibus, 4, 3: «La experiencia muestra que el buen aliento aporta fuerzas, de igual modo que los buenos olores afirman los espíritus vitales y prolongan la vida». <<
[11] Paolo Giovio, Historia de su tiempo, 44 (el hecho tiene lugar en 1543). <<