[1] Cfr. Jean Bouchet, Annales d’Aquitaine, III, 5. Recuérdense también las dudosas etimologías expuestas por Platón en el Cratilo. <<

[2] Jean Bouchet, Annales d’Aquitaine, III, 5. <<

[3] En el original «mouton, marcassin, merlus, marsouin» (‘cordero’, ‘jabato’, ‘merluza’, ‘marsopa’). <<

[4] Pietro Crinito, De honesta disciplina, XIV, 11. <<

[5] (a-c1) hermoso y fácil <<

[6] Cfr. Platón, Cratilo, 392c. <<

[7] Cfr. Jean Bouchet, Annales d’Aquitaine, I, 6. <<

[8] Quintiliano, I, 10, 32; cfr. Sexto Empírico, Contra los profesores, VI, 8; Boecio, De musica, I, 1 (el ritmo espondaico se caracterizaba por su lentitud y majestuosidad). <<

[9] La Reforma protestante tuvo, en efecto, un apego considerable a los nombres extraídos del Antiguo Testamento. <<

[10] Se trata, en realidad, del nombre de personajes del Amadís de Gaula o de sus secuelas. <<

[11] Jacques Amyot había traducido Plutarco al francés. <<

[12] Según una nota manuscrita de Florimond de Raemond, en su ejemplar de Los ensayos, se trata de Bernard de Poyanne, gentilhombre de Lannes, uno de los jefes de las tropas realistas en Gascuña. <<

[13] Es prácticamente el mismo escudo que perteneció a la familia Essarts, propietaria del dominio de Montaigne antes de que en 1477 lo adquiriera Ramón Eyquem, bisabuelo del autor de Los ensayos. <<

[14] (c1) la eternidad <<

[15] Cfr. Jean Bouchet, Annales d’Aquitaine, por ejemplo en IV, 6. <<

[16] Cfr. Luciano, Juicio de las vocales, 82 (la letra griega Sigma entabla un pleito contra la letra Tau por suplantarla en varias palabras en el dialecto ático). <<

[17] Virgilio, Eneida, XII, 764-765. <<

[18] El poeta y pintor Nicolás Denisot (1515-1559) adoptó este anagrama de su apellido como pseudónimo. <<

[19] Es decir que Suetonio prefirió firmar como Tranquillus antes que como Lenis (ambos términos significan casi lo mismo); cfr. Filippo Beroaldo, «Comentario» a Suetonio. <<

[20] El verdadero nombre del gran héroe Bayard era Pierre Terrail. <<

[21] A Escalin se le conocía también de estas dos maneras. <<

[22] Cfr. Diógenes Laercio, II, 47; III, 109; V, 35; II, 59; V, 83-85; II, 103-104. <<

[23] Virgilio, Eneida, IV, 34. <<

[24] Es la traducción latina de la inscripción que figuraba en la estatua de Epaminondas en Tebas (Cicerón, Tusculanas, V, 17, 49). <<

[25] Es un verso de Ennio dedicado a Escipión el Africano (ibidem). <<

[26] Juvenal, X, 137-141. Encontramos un cambio semejante de perspectiva, y en torno al mismo tema (pero más desarrollado), al final del capítulo «La gloria» (II, 18). <<