[1] La Boétie, Vers français, soneto 14, v. 14; cfr. Homero, Iliada, lV, 321. <<
[2] Cfr. B. Castiglione, El cortesano, III, 8. <<
[3] G. y M. du Bellay, Mémoires, IV, ed. 1569, f. 118. Al parecer, el célebre abogado Guillaume Poyet sabía poco latín, y el discurso había de ser en esta lengua. <<
[4] Cfr. Séneca el Rétor, Controversias, III, «Prefacio». <<
[5] (a) Conozco muy íntimamente y por experiencia común. <<
[6] (a) intensa, tanto por la falta de memoria, y por la dificultad de elección de las cosas, y de su disposición, como por la confusión que además le comporta una atención intensa. [Montaigne describe, seguramente, su propia «condición natural»]. <<
[7] Cfr. Erasmo, Adagios, I, 7, 71: «Olet lucernam» [Huele a lámpara]. <<