Me acordaba del cabrón. Joder que si me acordaba. Yo pensaba que era un jodido tío duro, allá en Craigie, ¿sabes? Andaba por ahí con Kev Stronach y esa peña. Vaya unos venaos. No me malinterpretes, eh; yo pensaba que el cabrón era legal a tope. Pero me acuerdo de una vez cuando unos chavales le preguntaron al tío de dónde coño venía. Va y dice: «¡Jakey! (ése era el nombre del capullo), ¿tú eres de Royston o de Granton?» El capullo va y dice: «Granton es Royston. Royston es Granton.» Después de aquello el bastardo perdió muchos enteros en mi apreciación, ¿sabes? No obstante eso, fue allá en el puto colegio, ¿sabes? Ahora hace mogollón de tiempo.

De todos modos, la semana pasada estaba en Volley con Tommy y Secks, conoces a Rab, el Segundo Premio y tal. Ese capullo, el tal Jakey, el pedazo de jodido mamonazo de Craigie, entra en el pub. En ningún momento hace señal de reconocerme. Me acuerdo de haber hecho migas con piedras a montones de cangrejos con ese capullo. En el puto muelle, ¿sabes? Nunca me reconoció el jodido. No me podría haber distinguido de Adán… el cabrón.

De todos modos, el colega del tío, un jodido lechuguino con la cara llena granos, se va a dejar el puto dinero para las bolas en la mesa. Para el billar, ¿sabes? Le digo: «Ese tío es el siguiente, colega», señalando a un tipejo con gafas. El capullín tenía el nombre puesto en el tablón, pero se habría quedado allí sentado sin decir esta puta boca es mía si yo no hubiese hablado y tal.

Si querían bronca yo estaba por la labor. Si los cabrones hubiesen dado un paso al frente, ningún problema y tal. Quiero decir, tú ya me conoces, no soy la clase de cabrón que va buscando problemas y tal; pero yo era el cabrón que tenía el puto taco de billar en la mano y el capullo con granos podía llevarse la parte más ancha en la jeta si eso es lo que quería y tal. Evidentemente, llevaba el jodido baldeo y eso. Ya lo creo. Como decía, no voy buscando problemas, pero si algún capullo quiere empezar a ponerse chulo, estoy por la labor. De manera que el tipejo de las gafas está poniendo la puta pasta y preparando las bolas y eso, ¿sabes? El capullo con granos simplemente se sienta y no dice ni mu. Me quedé mirando al tío duro, o al menos era un tío duro en el colegio, sabes. El cabrón no dijo una puta palabra. Mantuvo cerrado el jodido pico, ya lo creo; cabrón.

Tommy va y me dice: «Eh, Franco, ¿se está poniendo chulo ese chaval?» Ya conoces a Tam, no se corta, ese cabrón. Desde luego que le oyeron y tal aquellos capullos; pero no volvieron a decir ni pío. El capullo con granos y el supuesto tío duro. Y habría sido una pelea dos contra dos, porque ya conoces a Segundo Premio; no me entiendas mal, lo adoro, pero cuando se trata de una bulla no tiene ni zorra idea. Iba más pedo que la hostia y casi no podía sostener el puto taco de billar. Te estoy hablando de las once y media un miércoles por la mañana. Así que habría sido una pelea limpia. Pero aquellos capullos no dijeron esta boca es mía. No esperaba nada del capullo con granos, pero estaba pero que muy decepcionado con el tío duro, o el llamado tío duro y tal. No era un tío duro. A decir verdad, era un jodido cagao, sabes. Una desilusión enorme para mí, el cabrón, te lo puedo asegurar.