Gracias al doctor Keith Ablow, por responder a todas mis preguntas sobre psiquiatría; a Tom Corcoran, por informarme sobre el Shelby del 68; a Chris y Julie Gleason, por ayudarme con las preguntas de literatura inglesa que me daba vergüenza plantear; al detective Michael Lawn del Departamento de Policía de Watertown, por explicarme los procedimientos a seguir en el lugar del accidente; a la doctora Laura Need, por darme información sobre las afecciones cardíacas; a Emily Sperling de la Asociación de Cultivadores de Arándanos de Cape Cod; a Paul y a Maureen Welch, por llevarme hasta Plymouth; y a MM, por ayudarme a entender el funcionamiento de la Administración general de Correos de Estados Unidos.
También quiero dar las gracias a Jessica Baumgardner, Eleanor Cox, Michael Murphy, Sharin Rosenblum, y a mi hermano Gerry, por haberme apoyado durante los viajes a Nueva York.
Y finalmente, como siempre, mi gratitud más sincera para Claire Wachtel, Ann Rittenberg y Sheila por haber leído los borradores, por dedicar toda su energía y haberme ayudado a seguir siendo honrado.