APÉNDICE I

LA HOJA MALDITA, CONJETURAS[42]

De todas las cosas desdichadas que hizo mi pueblo poco antes de la Separación, el desarrollo de un arma como este puñal maldito —ahora en posesión de maese Hugh— resulta de lo más deplorable. Y es una prueba palpable de que involucramos a inocentes —humanos, elfos y enanos, la propia gente a la que se suponía que estábamos protegiendo— en nuestra batalla contra los patryn.

Queda fuera de duda que el arma estaba realizada para su utilización por los mensch. La he examinado, he estudiado las runas que llevaba grabadas y estoy convencido. Fue fabricada con prisas —resulta evidente por su diseño vulgar y su manufactura tosca—, de modo que, muy probablemente, eran elaboradas en grandes cantidades.

¿Tanto pánico tenían Samah y el Consejo a los patryn como para armar legiones enteras de mensch con aquellas armas espantosas? Tristemente, sólo puedo suponer que la respuesta es sí. No obstante, en ninguna parte he encontrado referencias a guerras en las que intervinieran mensch en los últimos tiempos del mundo antes de la Separación. Las batallas que se producían entre sartán y patryn se libraban por lo general en desafíos individuales: terribles torneos de magia que, invariablemente, resultaban mortales para uno o ambos contendientes.

Pero, a juzgar por la información de esos últimos tiempos que me proporcionó mi querida Orla, creo que puedo imaginar lo sucedido. Consumidos por el miedo, aterrorizados ante la idea de que los patryn estuvieran formando sus propios ejércitos (lo cual podía ser cierto o no), Samah y el Consejo decidieron preparar una defensa y equiparon con estas armas mágicas a un número enorme de mensch. Con todo, dudo que tuvieran la intención de enviar a los mensch a la guerra (Samah, desde luego, no habría confiado en ellos). Lo más probable es que los ejércitos mensch fueran a ser utilizados como señuelo para llevar a cabo una acción de distracción que proporcionara a los sartán el tiempo necesario para penetrar en la Séptima Puerta y proceder a la Separación.

Tal batalla, al parecer, no llegó a producirse. Tal vez los mensch se rebelaron (¡así lo espero!), o quizás incluso Samah tuvo ciertos remordimientos de conciencia sobre el hecho de forzar a otros a librar batallas por él. Según parece, la mayoría de las armas malditas quedaron destruidas durante la Separación o fueron confiscadas por los sartán antes de establecer a los mensch en los nuevos mundos.

¿Cómo pudo escapar al control este puñal? Sin duda, cayó en manos de algún elfo poco escrupuloso que, impresionado por el poder del arma, decidió guardarla para sí. El puñal sería un aliado bien dispuesto, deseoso de colaborar en su propia supervivencia. El elfo estaba entrenado en el uso del arma pero, debido a alguna circunstancia —tal vez a una muerte prematura—, la información no fue transmitida a las generaciones futuras y lo único que cambió de manos fue el puñal. El elfo debió de ignorar que estaba traspasando un legado tan mortífero.

¿Cómo funciona la Hoja Maldita?

Lo que viene a continuación son mis conjeturas, basadas en los testimonios de Hugh y de Haplo sobre el comportamiento del arma en plena acción y en mi propio estudio de los signos mágicos grabados en ella. (Quisiera destacar un punto; al potenciar el arma con la magia rúnica, los sartán hicimos precisamente aquello que siempre hemos despreciado tanto en los patryn: dar vida a lo que no está creado para tenerla.)

1. La primera acción que realiza el puñal es anular la capacidad del enemigo para percibir el peligro. Así, Haplo no recibió la menor advertencia de que Hugh la Mano lo acechaba en la Factría ni tuvo el menor aviso de que el asesino lo esperaba emboscado en la nave.

2. La segunda acción de la hoja reduce las posibilidades de respuesta del enemigo. El arma no puede eliminar todas las posibilidades, pues tal cosa requeriría mucho más poder del que posee, pero es capaz de limitar el abanico de opciones a las que puede manejar con facilidad.

3. La tercera acción del arma consiste en analizar los puntos débiles y fuertes del enemigo y reaccionar en consecuencia. A veces, la hoja puede llevar a cabo esta reacción con facilidad, como en la desgraciada «lucha» entre los dos hermanos elfos. Enfrentado a una daga de duelo, el puñal sólo tuvo que convertirse en una espada para acabar con su enemigo. Cuando Hugh la Mano tuvo su primer encuentro con Haplo, el arma se transformó en un hacha para enfrentarse a la espada de Haplo.

Obsérvese, sin embargo, que, cuando el arma encuentra nuevos oponentes que se suman a los anteriores, su fuerza se incrementa. El puñal se convirtió en murciélago cuando atacó a Marit y a Haplo a la vez. Al fallar el ataque, se convirtió en titán.

También de interés es el hecho de que la espada parece hacer uso de los pensamientos y recuerdos de las víctimas. Haplo dice que no recuerda haber pensado concretamente en titanes durante la breve escala que la nave hizo en Pryan (¡es preciso reconocer que el patryn tenía muchas cosas en la cabeza!), pero me parece bastante lógico pensar que Haplo debía de tener presentes, por lo menos en el subconsciente, a los gigantes que había encontrado en aquel mundo.

Y esto es todo lo que he conseguido determinar acerca del puñal hasta el momento. Para avanzar en mis conjeturas tendría que ver el arma en acción (¡algo que prefiero no hacer!).

Aprovecho este momento para añadir cierta información que he obtenido acerca de la Hoja Maldita.[43] La primera parte de esa información es positiva: el arma puede ser controlada por el usuario. Lo único que debe hacer es pronunciar la palabra «¡basta!» en sartán.

La segunda parte, en cambio, es terrible. ¡Según parece, el puñal también puede ser controlado por fuerzas exteriores! Tengo pruebas de que las serpientes dragón son capaces de ejercer cierta influencia sobre el arma.

El puñal fue creado por efecto del miedo y diseñado para matar, de modo que era comprensible que experimentara una atracción natural por las serpientes dragón. Y se dice que, a su vez, éstas son capaces de controlar su magia. No pueden hacer que la hoja se vuelva contra quien la empuña, pero pueden dirigir las acciones y reacciones de la hoja para que se adecuen a sus propósitos. Ahora, Haplo está convencido de que fue la Hoja Maldita lo que atrajo tras nuestros pasos a los hombres tigres. Y también emitió, según parece, algún tipo de llamada a las serpientes dragón para alertarlas de su presencia en Abri.

Tiene que haber algún modo de destruir esa arma. Por desgracia, no se me ocurre ninguna en este momento, pero mi mente está bastante confusa y agitada. Si tuviera tiempo para reflexionar y estudiar el asunto más a fondo, quizás…