Querido Andrés:
Veo que las cosas en España mejoran extraordinariamente.
«Es evidente, —me ha escrito Ramón—, que nos hallamos en vísperas de agitados sucesos. Hay en el aire un hartazgo generalizado de la vieja política. Para muchos, Alfonso XIII ya tiene cara de Luis XVI».
Sería todo un comienzo reformar al rey Alfonso, ¿no crees? Por mi parte, estoy con Napoleón: un trono no es más que cuatro maderos y un pedazo de brocado, todo depende de quién se siente en él.
El más apretado abrazo,
Ángel