Domingo, 16 de septiembre de 1934
Edición de la mañana. Página 5
EL PLAN REVOLUCIONARIO DE LOS SOCIALISTAS Y DE LAS IZQUIERDAS
EL PRESIDENTE DEL CONSEJO DECLARA QUE EL ASUNTO DEL CONTRABANDO DE ARMAS ES SENSACIONAL Y QUE NO PODRÁ EVITARSE SU PUBLICIDAD EN EL PARLAMENTO.
El Gobierno se muestra hondamente preocupado ante las graves derivaciones de este escandaloso asunto. A juicio de un ministro, en el caso Turquesa se juegan muchas cosas, incluso el mismo régimen.
De gravísimo y sensacional califica el jefe de Gobierno este negocio escandaloso del contrabando de armas en Asturias. Sensacional y gravísimo no sólo por los hechos a que se refiere, por la cuantía de la operación fraudulenta y por la índole de los planes a que se destinaba, sino sobre todo por la categoría de los cómplices y por las responsabilidades que les alcanza. Así se ha expresado el jefe de Gobierno Sr. Samper, extrañándose de que el asunto no haya tenido todavía la publicidad ruidosa que se le hubiera dado ya en cualquier otro país, en Francia, por ejemplo. A la vez, excusó la rigurosidad del silencio oficial por la buena intención de no entorpecer la acción de la justicia, la cual no requiere tanto silencio y acaso padezca con él.
A nuestro juicio, es en divulgar los hechos que conoce y satisfacer oportunamente la ansiedad del país en lo que el Sr. Samper debiera recordar ejemplos de fuera. ¿A quién, o a quiénes, y en qué condiciones libró el Consorcio de Industrias Militares el armamento y municiones que ahora han aparecido en Asturias? ¿Se hizo la entrega a crédito al Sr. Echevarrieta a cambio de letras insolventes? ¿Se hizo así por orden terminante del Sr. Azaña, presidente del Consejo y ministro de la Guerra por la época en que se fraguó la operación? ¿En qué fecha se expidió el material desde las fábricas a Cádiz; en qué fecha salió de Cádiz al mar; cómo y por qué parte de un material con destino a Djibouti pudo acabar en San Esteban de Pravia? ¿Se ha comprobado la existencia de un cheque del Sr. Echevarrieta a tres desterrados portugueses y los nombres, antecedentes y filiación de éstos? ¿Fue el Sr. Bigas quien compró el yate de altura Turquesa para efectuar el transporte de tan siniestro cargamento?
El silencio del Gobierno es una nueva torpeza, acaso una muestra más de su medrosa y temeraria actitud contemplativa. Porque vivimos una de esas encrucijadas decisivas de las que está llena la historia. Atravesamos un período en el que se advierten bien claramente los síntomas de las maniobras revolucionarias. Hace ya meses que la voz pública viene refiriéndose a contrabandos de armas. Se han sucedido los hallazgos de ellas y de explosivos. Se ha comprobado que dirigentes socialistas recibían paquetes de pistolas para repartirlas. Se ha descubierto en la Casa del Pueblo de Madrid un arsenal de armas cortas, de municiones y dinamita. Se han encontrado en Asturias otros depósitos. Y el alijo del Turquesa completa la evidencia de los preparativos.
El Gobierno tiene a la mano la información que puede esclarecer lo más grave de este tenebroso asunto, lo que se ha dicho ya claramente en la prensa y se ha insinuado en versiones oficiosas: que el primer destino del material concedido por el Sr. Azaña al financiero Echevarrieta fue para una insurrección contra el régimen de Portugal.
El Gobierno debe decir todo lo que sabe con certeza y, sin perjuicio de la actuación judicial, excitar el celo de las autoridades gubernativas, del Ministerio Fiscal y del juzgado instructor, para la mayor celeridad de las diligencias. También debe disponer la vigilancia necesaria para impedir evasiones presumibles. La intervención personal del Sr. Azaña; las operaciones del Sr. Prieto y de otros diputados socialistas en Asturias; y la captura del alijo de armas en San Esteban de Pravia han dejado al descubierto responsabilidades enormes, que no deben quedar impunes. Esperamos que las Cortes actúen en sesión permanente desde el momento de su reapertura, anteponiendo a todas las cuestiones ésta, en que aparecen delitos de alta traición, culpas imperdonables contra la seguridad del Estado y contra las pacíficas relaciones de España con Portugal.