XXIII
NOTA DEL AUTOR

Ella se sienta sola y recuerda.

En 1913, el escritor norteamericano Ambrose Bierce, misántropo, periodista de la cadena Hearst y autor de hermosos cuentos sobre la Guerra de Secesión, se despidió de sus amigos con algunas cartas en las que, desmintiendo su reconocido vigor, se declaraba viejo y cansado.

Sin embargo, en todas ellas se reservaba el derecho de escoger su manera de morir. La enfermedad y el accidente —por ejemplo, caerse por una escalera— le parecían indignas de él. En cambio, ser ajusticiado ante un paredón mexicano… «Ah —escribió en su última carta—, ser un gringo en México; eso es eutanasia».

Entró a México en noviembre y no se volvió a saber de él. El resto es ficción.

Este libro fue comenzado en un tren entre Chihuahua y Zacatecas en 1964 y terminado en Tepoztlán, Morelos, en 1984, en la casa de Antonio y Francesca Saldívar y utilizando la máquina de escribir del pintor Mariano Rivera Velásquez.

FIN

México, febrero de 1985