1944
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SERVID AL PUEBLO

MAO ZEDONG
(1893-1976)

Mao Zedong fue el primer dirigente comunista de China y operó la transformación de una república dividida y rota por la guerra en un estado autoritario de partido único. Militaba en el Partido Comunista Chino desde su fundación. Los comunistas habían luchado, a menudo de manera violenta, contra el Partido Nacionalista Chino, o Kuomintang, por el control de su país. En 1934, los ejércitos comunistas emprendieron desde el sur la denominada Larga Marcha para huir de los ejércitos de Kuomintang. Fue el liderazgo de Mao lo que garantizó su supervivencia, lo que le hizo consolidarse como el más importante dirigente comunista.

Sin embargo, Mao se enfrentaba a la amenaza de la guerra con Japón, que había ocupado la región de Manchuria, en el nordeste de China, en 1931-1932, y que aspiraba a ampliar su expansión por territorio chino. Mao que los comunistas tenían de derrotar a los japoneses era aliarse con el Kuomitang y su líder Chiang Kai-shek, alianza que finalmente se concretó en 1936.

Al año siguiente, estalló la guerra abierta entre Japón y China. Los chinos sufrieron importantes pérdidas, pero los japoneses no fueron capaces de vencerles definitivamente. Las dos principales fuerzas comunistas combatientes eran el Ejército de la Octava Ruta y el Nuevo Cuarto Ejército. Mientras luchaban contra los japoneses, los comunistas debían hacer frente también a esporádicos brotes de violencia surgidos de las filas del Kuomitang. El 8 de septiembre de 1944, Mao pronunció un discurso en memoria de Zhang Side, un leal camarada que había participado en la Larga Marcha y que había servido en el cuerpo de guardia de Mao. Murió al caerle encima un horno para la producción de opio.

— EL DISCURSO —

Nuestro Partido Comunista y el ejército de la Octava Ruta y el Nuevo Cuarto Ejército dirigidos por nuestro partido son batallones de la revolución. Estos batallones nuestros están dedicados por entero a la liberación del pueblo y trabajan por completo en interés del pueblo. El camarada Zhang Side estuvo en las filas de estos batallones.

[…]

Morir por el pueblo tiene más peso que el Monte Tai, mientras que trabajar para los fascistas y morir por los explotadores y los opresores es algo más liviano que una pluma. El camarada Zhang Side murió por el pueblo y su muerte, por tanto, tiene más peso que el Monte Tai.

[…]

Venimos de todos los rincones del país y nos hemos unido por un objetivo revolucionario común. Y necesitamos a la inmensa mayoría del pueblo con nosotros en el camino hacia este objetivo. Hoy en día, ya estamos al frente de varias áreas de base que reúnen una población de 91 millones de personas, pero eso no basta. Para liberar a la nación entera son necesarias más personas. En tiempos de dificultad, no debemos perder de vista nuestros logros; hemos de mirar hacia el brillante futuro y armarnos de valor. Allá donde hay lucha hay sacrificio, y la muerte es frecuente. Pero llevamos en nuestro corazón el interés de la gente y el sufrimiento de la gran mayoría y, cuando morimos por el pueblo, nuestra muerte es digna. No obstante, debemos hacer todo cuanto podamos para evitar sacrificios innecesarios. Nuestros mandos tienen la obligación de preocuparse por cada soldado y todos los que integran las filas revolucionarias deben cuidarse entre ellos, deben amarse y ayudarse los unos a los otros.

— LAS CONSECUENCIAS —

La exhortación a «servir al pueblo» se convirtió en una de las consignas clave de la política maoísta. Con el apoyo del público, los comunistas se hicieron con el control de las áreas rurales y derrotaron al Kuomitang. En 1945, los japoneses se rindieron. Pero la paz no duró: la guerra civil estalló entre los comunistas y el Kuomintang al año siguiente. El Ejército Rojo de Mao salió victorioso del enfrentamiento y el 1 de octubre de 1949 se fundó la República Popular China. Chiang Kaishek y el resto de los dirigentes y los seguidores del Kuomitang huyeron a la isla de Taiwán, donde establecieron por separado la República de China.

Mao comenzó a reformar la nación. A partir del año 1953, diseñó dos planes quinquenales destinados a convertir China en una potencia industrial moderna. Durante el proceso, sin embargo, murieron millones de personas, muchas de ella por hambre, pues en la sociedad y la economía chinas había elementos generadores de una profunda y alarmante desestabilización. En 1966, Mao puso en marcha la llamada Revolución Cultural, que fue un intento de limpiar China de cualquier elemento de la sociedad precomunista. Ello condujo a la muerte a cientos de miles de personas.

Mao murió en 1976. A pesar de que debía todos sus triunfos al apoyo del pueblo chino, fue responsable de la muerte de millones de personas.

CELEBRACIÓN DE LA FUNDACIÓN DE LA REPÚBLICA POPULAR CHINA

Zhou Enlai (1898-1976) fue uno de los más leales aliados políticos de Mao y uno de sus más eficaces negociadores. Cuando Mao inició la Revolución Cultural en 1966, Zhou Enlai se opuso en un principio a ella. No estaba de acuerdo con los planes de Mao de purgar completamente a China de cualquier residuo de la vieja sociedad y de asegurarse así que todo el estamento rector de los designios del país fuera ideológicamente puro. Pero para garantizar su supervivencia política, modificó sus posiciones críticas y apoyó públicamente a Mao en un discurso, con ocasión del décimo séptimo aniversario de la fundación de la República Popular China, pronunciado el 30 de septiembre de 1966. En él anunciaba que la «Revolución Cultural ha […] podido con la arrogancia de la burguesía reaccionaria y está limpiando toda la basura que había dejado la vieja sociedad». Zhou afirmaba que el liderazgo de Mao era esencial para China: «alcanzaremos sin duda el éxito en la construcción de nuestra gran madre tierra y en la creación de un estado proletario impenetrable que nunca cambiará de color». La Revolución Cultural supuso para muchos un destino de muerte y devastación: cientos de miles de personas fueron ejecutadas y millones fueron forzadas a trasladarse a vivir a las áreas rurales. Zhou siguió sirviendo como primer representante de Mao; sin embargo, la relación entre ambos fue lentamente deteriorándose y, cuando Zhou murió en 1976, Mao ni tan siquiera rindió públicamente tributo al hombre que había trabajado a su servicio durante décadas.