4 de septiembre

No. No me pillará con eso.

«¿Dónde está hoy, Gideon?», me pregunta con dulzura.

Pero me niego a participar. Mi padre no juega ningún papel en esto, sea lo que sea. Mi padre no tiene ninguna culpa de que yo ni siquiera sea capaz de sostener el violín. Me niego a convertirme en uno de esos bobos quejicas que echan la culpa a sus padres de todos sus problemas. La vida de mi padre fue muy dura, y él hizo todo lo que pudo.

«¿Dura? ¿En qué sentido?», quiere saber.

Bien, ¿puede imaginarse tener un padre como mi abuelo? ¿Que te mandaran a la escuela a los seis años? ¿Crecer con una dosis permanente de episodios psicóticos cuando estás en casa? ¿Y siempre tener la certeza de que no hay ninguna esperanza de estar a la altura de lo que se espera de ti por mucho que lo intentes, porque, en primer lugar, eres adoptado y tu padre nunca permitirá que lo olvides? No. Papá ha hecho todo lo posible por ser el mejor de los padres. Y, como hijo, se ha comportado mejor que la mayoría.

«¿Mejor que usted mismo?», me pregunta.

Eso se lo tendrá que preguntar a mi padre.

«Pero ¿qué opinión tiene de usted mismo como hijo, Gideon? ¿Qué es lo primero que le viene a la mente?».

«Decepción», le respondo.

«¿Siente que ha decepcionado a su padre?».

«No, sé que no debo, pero tal vez lo haga».

«¿Le ha hecho saber lo importante que es para él que no le decepcione?».

«Ni una sola vez. Jamás. Pero…».

«¿Pero?».

Libby no le cae bien. De algún modo sabía que no le gustaría o, como mínimo, que no aprobaría que viviera abajo. Sabía que la consideraría una distracción en potencia, o lo que es peor, un impedimento a mi trabajo.

«Era la razón por la que dijo: “Se trata de esa chica, ¿no es verdad?” el día que sufrió la amnesia temporal en el Wigmore Hall. La culpó a ella de inmediato, ¿no es así?».

«Sí».

«¿Por qué?».

«No es que él no quiera que esté con alguien. ¿Por qué debería hacerlo? La familia lo es todo para mi padre. Pero mi familia desaparecerá muy pronto si no me caso un día de estos y tengo mis propios hijos».

«Pero hay un bebé en camino, ¿no es verdad? La familia continuará de todas maneras, al margen de lo que usted haga».

«Eso es verdad».

«Por lo tanto, él puede desaprobar cualquier mujer de su vida sin temer a que usted se tome esa desaprobación a pecho y a que no se case. ¿No es así, Gideon?».

«No. No pienso seguir con esto. No se trata de mi padre. Si Libby no le cae bien es porque está preocupado por la influencia que pueda tener sobre mi música. Y tiene todo el derecho del mundo a estar preocupado. Libby es incapaz de distinguir una taza de un cuchillo de cocina».

«¿Le interrumpe cuando trabaja?».

«No».

«¿Le molesta? ¿Ignora su necesidad de estar solo? ¿Le pide hacer cosas durante el tiempo que tiene reservado para la música?».

«Nunca».

«Usted mismo dijo que era una filistea. ¿Ha notado que se sienta orgullosa de su propia ignorancia?».

«No».

«A pesar de todo eso, no le cae bien a su padre».

Mire, es por mi propio bien. Nunca ha hecho nada que no fuera por mi bien. Estoy aquí gracias a él, doctora Rose. Cuando comprendió lo que me había sucedido en Wigmore Hall, no me dijo «espabílate», «cálmate» o «ahí delante tienes un público que ha pagado para verte». Lo único que le dijo a Raphael fue «está enfermo, haz el favor de excusarnos» y me sacó de allí a toda prisa. Me llevó a casa, me metió en la cama y estuvo sentado junto a mí la noche entera. «Saldremos de esta, Gideon. De momento, intenta dormir».

Le pidió a Raphael que buscara ayuda. Raphael sabía el buen trabajo que su padre había hecho con artistas bloqueados, doctora Rose. Y vine a usted. Lo hice porque mi padre quiere que pueda disfrutar de mi música.