Prólogo

Este libro contiene un relato, además de otras cosas. Esas otras cosas tal vez estén relaciona­das con el cuento, o tal vez no; acaso tengan que ver con narraciones que no han aparecido todavía. No resulta fácil decirlo.

En cambio no es difícil imaginar cómo llega­ron a aparecer. El mundo está lleno de objetos como éstos: viejas postales, programas de teatro, folletos sobre cómo convertir tu sótano en un re­fugio antiaéreo, tarjetas de felicitaciones, álbumes de fotos, folletos de vacaciones, manuales de ins­trucciones de máquinas y herramientas, mapas, ca­tálogos, horarios de trenes, cartas del menú de cruceros de hace mucho tiempo: toda clase de re­liquias que en su momento tuvieron su utilidad, pero que ahora han perdido su razón de ser.

Pueden tener las más diversas procedencias. Pueden haber venido de otros mundos. Ese mapa garabateado, ese catálogo editorial, pudieron ha­berlos dejado sin querer junto a una ventana abierta de otro universo, pudieron haber llegado hasta aquí por obra de un viento fortuito, yendo a parar, tras numerosas vicisitudes, al puesto de un mercadillo de nuestro mundo.

Todas esas menudencias, todas esas cositas tie­nen una historia y un significado. Juntas pueden parecer como el rastro dejado por una partícula ionizada en una campana de iones: marcan la lí­nea de un camino que ha tomado un ser tan mis­terioso que no se sabe quién es. El camino es un relato, claro está. Cuando los científicos observan la línea de burbujas de la pantalla, se esfuerzan por entender la historia de la partícula que ha de­jado ese rastro. ¿Qué clase de partícula será, qué ha motivado que se mueva de esa manera y cuánto tiempo seguirá haciéndolo?

La doctora Mary Malone se habría sentido có­moda con esa clase de historia en su búsqueda de la materia oscura. Pero al enviar una postal a un amigo al poco de llegar a Oxford por primera vez, por ejemplo, no se le habría ocurrido que esa pos­tal pasaría a formar parte de una historia que no había sucedido todavía cuando ella la envió. Es po­sible que algunas partículas puedan retroceder en el tiempo; es posible que el futuro afecte al pasado de una manera que no acertamos a entender; o acaso el universo es más consciente de lo que no­sotros suponemos. Hay muchas cuestiones que to­davía no sabemos interpretar.

El cuento de este libro trata, en parte, de ese mismo proceso.