DESPACHO DEL ÁNGEL ARCHIVERO

Departamento de Peticiones, 20 de enero

Abner Scofield

Comerciante de carbones

Buffalo, Nueva York

Estimado señor:

Por la presente tengo el honor de informarle, tal como se me ha encomendado, de que su reciente acto de benevolencia y abnegación ha quedado registrado en una página del libro llamado Obras heroicas de la Humanidad. Me permito añadir que dicha distinción no es sencillamente extraordinaria, sino única.

En cuanto a sus plegarias para la semana que termina el día 19, tengo el honor de informarle de lo siguiente:

1) Que el clima haga subir el carbón de piedra 15 centavos la tonelada. Concedido.

2) Que la afluencia de trabajadores haga descender los salarios un 10 por ciento. Concedido.

3) Que bajen los precios del carbón de leña de la competencia. Concedido.

4) Que reciba una visita el hombre (o la familia del susodicho) que ha abierto un almacén de carbón al por menor en Rochester. Concedido, como se detalla a continuación: difteria, 2 casos, 1 mortal; escarlatina, 1 caso, con secuelas de sordera e imbecilidad. Nota: Esta plegaria debería haberse dirigido a los jefes de este funcionario en las oficinas centrales de Nueva York.

5) Que deporten al Infierno a las desesperantes muchedumbres que llegan diariamente a pedir trabajo o favores del tipo que sea. Esta petición se está considerando antes de llegar a la solución y el compromiso correspondiente, pues parecer ser que contraviene otra de la misma fecha que se citará más adelante.

6) Que se aplique alguna forma de muerte violenta a un vecino que tiró un ladrillo al gato de la familia mientras el pobre daba una serenata nocturna. En lista de espera, pendiente de solución y compromiso debido a la contradicción con una plegaria de igual fecha que se citará más adelante.

7) Que «se aniquile la causa de las misiones». En lista de espera también, como la anterior.

8) Aumentar los beneficios de 22 230 dólares en noviembre a 45 000 dólares para enero y perpetuar a partir de entonces un aumento mensual proporcional «que sea satisfactorio». Petición concedida, aunque el comentario añadido se acepta con reservas.

9) Que un ciclón destruya las instalaciones y ciegue la mina de la compañía de Pennsylvania del Norte. Nota: No hay suministro de ciclones en la temporada de invierno. Se puede proporcionar una entrega fiable de grisú previa petición.

La citada lista se archiva con especial cuidado por tener su importancia. Las 298 súplicas restantes clasificadas bajo el encabezamiento de Providencias Especiales, Inventario A, para la semana que termina el día 19, se conceden en bloque, excepto 3 de los 32 casos que requieren una muerte inmediata, traspasados a enfermedad incurable.

Esto completa el pliego semanal de peticiones incluidas en esta oficina bajo el apodo técnico de Súplicas Secretas del Corazón que, por motivos evidentes, siempre reciben nuestra primerísima atención.

El resto del pliego de esta semana se clasifica bajo el encabezamiento de lo que denominamos Plegarias Públicas, categoría en la que aunamos las peticiones hechas en reuniones eclesiásticas, escuelas dominicales, reuniones escolares, liturgias familiares, etc. Estas plegarias tienen un valor acorde a la condición del cristiano que las haga. Según las normas de esta oficina los cristianos se dividen en dos grandes clases, a saber: (1) Cristianos practicantes (2) Cristianos profesionales. Estos, a su vez, se subdividen y clasifican atendiendo al tamaño, especie y familia. Por último, el prestigio se califica en quilates, siendo 1 el mínimo y 1000 el máximo.

En cuanto a su estado de cuentas para el periodo finalizado el 31 de diciembre de 1847, se le clasificó a usted de la manera siguiente:

Clasificación general: cristiano practicante

Tamaño: una cuarta parte del máximo

Especie: humana-espiritual

Familia: A de los Elegidos, División 16

Prestigio: 322 quilates de primera calidad

En cuanto al estado de cuentas del periodo recién finalizado, es decir, cuarenta años más tarde, se le ha clasificado a usted de la manera siguiente:

Clasificación general: cristiano profesional

Tamaño: seis centésimas partes del máximo

Especie: humana-animal

Familia: W de los Elegidos, División 1547

Prestigio: 3 quilates de primera calidad

Tengo el honor de llamar su atención sobre el hecho de que padece usted un deterioro evidente.

En cuanto al informe sobre sus Plegarias Públicas debo añadir que, con vistas a alentar a los cristianos de su grado o similar, es costumbre en esta oficina concederles muchas cosas que no se concederían a un cristiano de grado superior, en parte por no haber sido solicitadas:

De las 464 especificaciones contenidas en sus Plegarias Públicas de esta semana y no mencionadas previamente en este informe, concedemos 2 y denegamos el resto. A saber: Concedido (1) «que las nubes puedan continuar con su labor; (2) y el sol con la suya». En cualquier caso, al coincidir con la intención divina le alegrará saber que no ha interferido en ella. De los 462 detalles no aceptados, 61 se pidieron en misa de domingo. En relación con esto debo volver a recordarle que no concedemos las plegarias de misa de domingo a los cristianos profesionales incluidos dentro de la clasificación conocida técnicamente en esta oficina como el grado John Wanamaker[25]. Nos limitamos a archivarlas como «palabras» y cuentan a su favor según la cantidad acumulada en un determinado periodo de tiempo; se requieren 3.000 por cada cuarto de minuto o no hay tanteo; 4200 con posibilidad de llegar a 5000 es una puntuación muy común en la misa de domingo, por tratarse de expertos en la materia, y puntúa como dos himnos y un ramo de flores llevados por mujeres jóvenes a la celda de un asesino en la mañana de la ejecución. Los 401 detalles restantes sólo se emplean para hacer viento. Una vez agrupados los usamos como vientos de proa para retrasar los barcos de las personas molestas, pero se precisa reunir tantos para que se noten que nos cuesta lograr una cantidad apta para su uso.

Me gustaría añadir a este informe un comentario de mi puño y letra. Cuando ciertas personas hacen una buena acción de categoría considerable le damos mil veces más importancia que si lo hubiera hecho un hombre mejor, por el esfuerzo que supone. En este momento está usted muy lejos de su puntuación más alta, ya que algunos de los sacrificios que ha hecho usted exceden en mucho lo que podía haberse esperado. Hace años, cuando no pasaba usted de los 100 dólares y mandó 2 dólares a su pobre prima, la viuda, que le había pedido ayuda, hubo muchos en el cielo que no podían creerlo y la mayoría pensó que era dinero falso. Subió muchos enteros como persona cuando se demostró que estas suposiciones eran infundadas. Un año o dos después, cuando mandó a la pobre muchacha 4 dólares en respuesta a otro ruego, todos lo creyeron y aquí no se habló de otra cosa durante varios días. Dos años después, tras repetidas súplicas le mandó 6 dólares al morir el hijo menor de la viuda, acto que perfeccionó su buena fama. En el cielo todos decían: «¿Os habéis enterado de lo de Abner?» (aquí se le conoce cariñosamente como Abner). Sus crecientes donativos cada dos o tres años han hecho que su nombre vaya de boca en boca y que se le quiera de todo corazón. El cielo entero está pendiente de usted los domingos, cuando va a la iglesia en su elegante carro. Y al retirar la mano del platillo de las limosnas se alza una voz que llega a las murallas encarnadas del lejano Reino de los Muertos: «¡Otra moneda de Abner!».

Pero el culmen fue hace unos días cuando la viuda escribió diciendo que podría conseguir un puesto de profesora en un pueblo lejano si tuviera 50 dólares para hacer el largo viaje con los dos hijos que le quedaban. Sin dudarlo contó usted los beneficios que había sacado en limpio el último mes de sus tres minas de carbón —22 230 dólares—, les sumó los beneficios fijos del presente mes —más de 45 000 dólares, muy cerca de los cincuenta mil— y entonces sacó la pluma y el libro de cheques y le mandó ¡nada menos que quince dólares! ¡Ay, que Dios le bendiga y le guarde muchos años, corazón generoso! En el reino de los cielos no quedó un ojo seco. Y en plena sesión de apretones de mano, abrazos y alabanzas llegó desde el luminoso monte el decreto de conceder a este hecho los máximos honores, por encima de todos los sacrificios históricos de los hombres y los ángeles, y de consignarlo en página aparte, porque el esfuerzo que le había supuesto a usted era más duro y amargo que el de diez mil mártires entregando su vida en la feroz hoguera. Y todos dijeron: «¿Qué es la vida de un alma noble o diez mil almas nobles, comparada con quince dólares del puño agarrado del hombre blanco más tacaño que jamás haya pisado la faz de la tierra?».

Y era cierto. Y Abraham, llorando, vació de contenido su seno[26] y lo etiquetó con la elocuente inscripción de Reservado; y Pedro, llorando, dijo: «Se le recibirá con una procesión de antorchas cuando venga». Entonces retumbó el cielo entero y todos se alegraron de que usted vaya a ir allí. Y en el infierno se alegraron también.

Firmado por poderes y estampado

con el Sello del Cielo,

EL ÁNGEL ARCHIVERO