41. La multitud

A CASI UN KILÓMETRO de allí, regresa del desierto una partida de rescate. No han encontrado a Papamoscas, pero sí que han hallado cinco tumbas sin nombre, ocultas tras unas peñas que surgen del suelo. En menos de cinco minutos, las palabras se extienden como llamas bajo un viento constante. Han encontrado a los dorados, que por lo visto no eran tan dorados, después de todo. Alguien sugiere que ha podido hacerlo el propio Almirante, aquella sugerencia se convierte en un rumor, y el rumor no tarda en ser aceptado como si se tratara de un hecho probado. ¡El Almirante ha matado a los suyos! ¡El Almirante ha resultado ser todo lo que Roland decía que era! Y, por cierto, ¿dónde está Roland? ¿Ha desaparecido también él? ¡Y Connor lo mismo! ¿Qué ha hecho el Almirante con ellos?

Una multitud de desconectables que cuenta con cien motivos para la furia, acaba de encontrar uno más. Lo han encontrado todos a la vez, y este último motivo es la gota que desborda el vaso. Así que la multitud se lanza hacia el avión del Almirante, incorporando por el camino a más y más desconectables.