EL estallido de la guerra civil española y el influjo que tuvieron en ella las tácticas de agit-prop habituales de la Komintern tejerían el mito de que los intelectuales españoles, por no decir los de todo el mundo, se habían sumado al bando del Frente Popular. Según esa versión, la cultura y el arte estaban en uno de los dos lados y eran claramente opuestos al otro. La realidad fue, desde luego, muy diferente a esta pieza de propaganda que se sigue repitiendo a día de hoy; una pieza de propaganda que no pasa de ser una mentira histórica.