Lo incumplido

Voy a permitirme ser muy personal: la última novela de Los sonámbulos (Huguenau o el realismo), donde se llevan lo más lejos posible la tendencia sintética y la transformación de la forma, me produce, además de un gran placer admirativo, algunas insatisfacciones:

– la intención «polihistórica» exige una técnica de elipsis que Broch no ha encontrado: se resiente por ello la claridad arquitectónica;

– los distintos elmentos (versos, narración, aforismos, reportaje, ensayo) quedan más yuxtapuestos que soldados en una auténtica unidad «polifónica»;

– el excelente ensayo sobre la degradación de los valores, aunque presentado como un texto escrito por un personaje, puede ser fácilmente entendido como el razonamiento del autor, como la verdad de la novela, su resumen, su tesis, y alterar así la indispensable relatividad del espacio novelesco.

Todas las grandes obras (y precisamente porque lo son) contienen algo incumplido. Broch nos inspira no sólo por todo lo que ha llevado a buen término, sino también por todo lo que se ha propuesto sin alcanzarlo. Lo incumplido en su obrapuede hacernos comprender la necesidad de: 1. un nuevo arte de despojamiento radical (que permita abarcar la complejidad de la existencia en el mundo moderno sin perder la claridad arquitectónica); 2. un nuevo arte del contrapunto novelesco (capaz de soldar en una única música la filosofia, la narración y el ensueño); 3. un arte del ensayo específicamente novelesco (es decir, que no pretenda aportar un mensaje apodíctico, sino que siga siendo hipotético, lúdico o irónico).