Un caballo púrpura al fondo
de una palabra ciega y
la pregunta de siempre:
¿quién escribió eso? Yo no.
Yo voy a la tienda a comprar pan
y tomo ocho medicamentos por día
para que la muerte me espere más tarde.
El caballo se mueve y la palabra
se sube al mes de abril y canta amor
a una mujer, su peso
de ave en la rama. Yo
no escribí eso, ¿de dónde, cuándo, cómo?
Yo me afeito todos los días
frente a un espejo acostumbrado.
Hoy preguntó por el caballo púrpura.
¿Y a mí me lo pregunta?
¿A mí?
A Luis García Montero