La baraja que ignora su destino
lanza una voz muda y se enfría
en las lecciones del azar.
Alza el vuelo a la pregunta del
ni acá, ni allá, ni dónde.
Entre palabras hay
ese tejido o casamiento
del sí y del no, la grande
condición de la llama
que arde donde quiere.
El sentimienro busca
una apariencia de color.
Persigue nombres
que no se dejan nombrar.