Allí está el potro
en aguas del entendimiento, la
nube que borra
espejos del lenguaje. Dura
la incomprensión de los pelícanos
sin techo, ellos, bellos
aliados del
río del corazón. El día abrasa
los hilos y las formas
de las aguas sin cuerpo. Cae
una muralla momentánea
sobre la colina amarilla
donde la boca de la noche
besa.