La música del verso
debe ser impar, decía Verlaine
en un París desolado por la
falta de amor a Verlaine.
La soledad es madre
contraria al octosílabo
y al decasílabo, compadres.
Debieran saber eso, ustedes can
solos frente a ustedes
en un papel lleno de
imposibilidad.
En ese estado, el alma
no rima con el ritmo
del corazón. Está absorta
en vibraciones del vacío. Un gato
se ofrece a ser poema.