ENVOLTURAS

Vos, que envolvés

el tibio aroma y la espiral de la

noche indormida en

las vendas del cobarde y

fingís que sos sin ser vivido:

¡abrí te las mil puertas

de cu ciudad cerrada! En el rincón

donde el miedo te agachó la cabeza

hay esperas que dicen

abur abur. Te fuiste, no dejaste

que una luz te sacara

de vos a la luz de tu luz.

Caen estrellas y está triste

Dios, que existe poquito.