El compañero ata
sus alas al azar, lava los platos
del día, la cuchara le da
palazos de memoria cuando
servía sopas que vendrán, es tarde
y es temprano el llanto que
moja el tiempo que se quedó en un tiempo,
pensando en su volver.
El compañero lava
crepitaciones verdes en la mano
que lava y
su ya no está disuelve
bestias del odio, canta
bajito y tanto en un rincón.