Calentó el lecho
un pan caído en claridad,
arde el revés del día
en muchas diferencias.
Eso, no saber
nada, ser nada en el
océano de las manos perdidas.
Aquí y allá desordenadas las
fiestas del delirio,
el árbol donde paran
los crepúsculos. Hoy
viene mañana con ayer.
Se juntaron en un
viaje a la sombra
de la canción que empieza
con la palabra fue.