La tarde está suave de
nacer en su morir y tu amor
la cruza como nave
en el estar donde encallamos
con sacos de la unión. ¿A dónde
se fue la paz que nunca hubo? Eso
absorbió agujureros. Tanta
pasión absorta en su pasión y los
registros del ciego de la época.
Cambió el hijo de rostro. Ahora
tiene una larga vida en el pesado
vuelo de mí hacia él, donde palabras
y pensamientos caen
en el hilo más corto.