PASADOS

Pasado que pajara

su vida y muerte lo

lleva al otro de sí, a la creación

del animal angélico.

Se mueven alas del destino, son

cuerpos tocados por

zodíacos del barrio donde

la luz camina en el café.

Creció el horizonte de las

fugacidades que llevaba a pulso

algún sol interior.

Está maldito, pero

no lo echa a pique la maldad.

Tanto decir que se enmaraña mientras

la gran serpiente de alredor

quema universos.