LA EXTRANJERA

La extranjera no sabe

que mi sangre es su casa, que

todo pájaro suyo

sólo ahí puede cantar y abrir

alas de su verano y se alza

como una sed de mundo

que no se puede apagar.

E1 pájaro encendido cuida

los huecos de la pérdida como

joyas que Rieron sin remedio.

Canta allí, loco de luz, no renuncia

a sus monstruos.

La hora de los dioses

junta los pies y ese camino

en llamas.

A Mara