ROCES

Y cómo el roce de un gorrión

te puede herir y el cuerpo

se pone de revés.

Han clausurado huesos

del niño por quién sabe. Un soplo

de cuchillo apagó

el mal sabido mar que pudo ser.

Se ahogan el rostro, los

espérames, el clavo

que ce clavó de ojos cerrados

contra una lengua.

La tarde se va

de lo que quiso a lo que pudo.