Ala.
A la herida.
Alar ido
al espanto
que separa a la voz del corazón.
El alano que alarga su altivez.
Alondra aquí metida por
caprichos de la gallina con el gallo.
Alazán que el alba ocupás,
¡alárgame el amor y su signo
que se alcohola en mis entrañas!
¡Ella, con alfabetos no leídos,
alumbramé lo que resiste al pairo!
En el alféizar de los huérfanos
pregunta qué pasó
y alza la noche.