La parálisis del duelo no
sale a la calle. Dura
hacia adelante, hacia atrás. La
dulce noche
es una línea del paisaje que
indescifrable canta. El tiempo,
¿es demasiado en
esta isla de fuego
que no se quiere apagar?
La miro como
si no estuviera ahí, pensando
en qué piensa, arrastrada
hacia el sur, como un pedazo del
sueño que preguntaba
por qué su lengua es un verano solo
en lo que va a venir.