Crujen las cartas que nunca te escribí.
Matan al perro
en mi memoria siempre.
¿Quién le da de comer? La
anticipación de la mañana
talla tu rostro en mí. Respiras
a mi lado. En los agujeros
de lo que toca vivir hay
la marea del tiempo, lleva
dolores a su basura inútil. El sudor
del pasado golpea
su páramo roto, la
vida continua, los
pensamientos con plomo debajo.
A Mara