LA ALONDRA

El que vuelve a sí mismo pasa

por la calle agarrado a

lo que no ocupa.

Se fue el saber a su ignorancia en

la carde sin parientes

de la desolación. Hay un recuerdo

mordido por la alondra

que no voló por mi garganta.

Sube entre el espejo y el ojo

un día claro del fondo desierto.