En una casa para locos
vi lo ocurrido todavía.
Las páginas del dolor esquivado
en las mejillas del ausente.
Un árbol se parece allí
al espanto que no
espera ni una piedra. Los que aúllan
con imágenes tristes
lindan con un perro que muere.
El instante del agua solar
está muy lejos de la mano. Los
compañeros en la dilación
crean charcos
con los ojos nomás.