Varios libros me han sido de especial utilidad durante el proceso de investigación de esta novela. Destaca entre ellos The Body Emblazoned (Routledge, 1995), el brillante ensayo de Jonathan Sawday sobre la disección y el cuerpo humano en la cultura renacentista. Recurrí asimismo a Suspended Animation (Harcourt Brace and Co., 1995) de F. González-Crussi, Policing the Southern City (Louisiana State University Press, 1996) de Denis C. Rousey, The Devil (Reaktion Books, 1995) de Luther Link, Dark Nature (Hodder and Stoughton, 1995) de Lyall Watson y Crime Classification Manual (Simon and Schuster, 1993) de Robert K. Ressler, John E. Douglas, Ann W. Burgess y Alien G. Burgess.
Desde un punto de vista más personal, deseo expresar mi agradecimiento a mi agente, Darley Anderson, sin cuya ayuda Todo lo que muere no habría visto la luz del día. También deseo dar las gracias por su fe, sus consejos y su aliento a mi editora de Hodder and Stoughton, Sue Fletcher, así como a Bob Mecoy, mi editor de Simon and Schuster en Nueva York.