[1] Richard Zanuck era hijo del legendario Darryl F. Zanuck, una figura esencial en la historia de la 20th Century Fox. Cuando su padre fue nombrado presidente del estudio, Zanuck Jr. heredó su puesto como jefe de producción; y fue también su propio padre quien le despidió en 1970.
[2] Los millones de dólares recaudados por Tiburón no podían dejar indiferentes a sus productores, quienes retomaron el tema en Tiburón 2 (Jaws 2, 1978), dirigida por Jeannot Szwarc, donde el escualo asediaba a un grupo de adolescentes. Roy Scheider, Lorraine Gary y Murray Hamilton volvieron a repetir sus papeles. Más notoria fue la participación de John Williams en la banda sonora de una película cuyo guión hacía aguas por todas partes. Con todo, Tiburón 2 gozó de una magnífica carrera comercial, a la sombra del original, ocultando bajo montañas de dólares la insensatez del proyecto. Peor resultó El gran tiburón (Jaws 3-D, 1983), dirigida por Joe Alves, responsable del diseño de producción del original y su primera secuela. Rodada en plena fiebre del sistema de proyección en 3-D, el argumento trasladaba al escualo asesino a un parque de atracciones subacuático, una coartada perfecta para ofrecer imágenes de gran impacto visual y nula imaginación. Finalmente, Tiburón, la venganza (Jaws, the Revenge, 1987), de Joseph Sargent, volvía a presentar a Lorraine Gary, esta vez como viuda del jefe de policía Brody, tratando de convencer a su nuevo amor de que el Gran Tiburón Blanco a regresado para vengarse. Tan inverosímil guión, pródigo en disparates y coqueteos con la ciencia-ficción, contribuyó a mostrar el agotamiento de la fórmula, como pudieron comprobar los escasos espectadores que acudieron a las salas de cine.