[1] En la misma época, la historia apareció narrada como folletín en forma de tebeo en “France-Soir”. Así es como el cineasta galo descubrió la enloquecida y mortífera escapada de Bonnie Parker y Clyde Barrow por el estado de Texas de la preguerra.
[2] A Truffaut le gustó tanto el guión de Bonnie and Clyde que incluso se planteó postergar su adaptación de la novela de Ray Bradbury. «Creo que el guión puede llegar a ser estupendo», escribió a Marcel Berbert, «podríamos sustituir Fahrenheit por este proyecto».
[3] Arthur Penn prácticamente repudió la película cuando el productor, Sam Spiegel, se la arrancó de las manos para montarla a su manera. La jauría humana murió en las taquillas. Había costado 5.660.166 dólares y cinco años más tarde había perdido casi tres millones. «Se esperaba que fuera más novedosa y mejor». Los disturbios de Watts tuvieron lugar en agosto de 1965, durante el rodaje de la película; también era el momento del movimiento en defensa de los derechos civiles y del movimiento antibélico. «Se estaban cociendo muchas cosas, y es posible que la gente fuera a verla creyendo que sería la voz del momento». Penn reconocía que había salido de la experiencia «consternado» y «bastante enfadado». «Por suerte, entonces llegó Bonnie y Clyde».