[1] Esta parte de la novela era la que transmitía una imagen negativa del Ejército y de sus procedimientos. El sacrificio más importante inherente a la supresión de este pasaje fue el de Jack Malloy, un personaje existencialista radical que merece el respeto de Prew y que consigue escapar de la prisión. Desaparecido Blues Berry, el personaje que muere a manos de Judson es Maggio, lo que establece un motivo perfecto para la venganza de Prew.
[2] Daniel Taradash puso mucho cuidado en la asumida combinación de las dos historias de amor, romances paralelos con montaje paralelo que convergen, como en la novela, al final de la historia, cuando las dos mujeres coinciden en el barco que las lleva al continente. Taradash envió a James Jones la primera versión de la historia y a principios de 1953 habló con él en persona. Más tarde, el escritor le comentaba por escrito: «Mi reacción no te pudo agradar más de lo que a mí me agradó tu guión».
[3] A principios de los años cincuenta, Fred Zinnemann era un profesional curtido por un cuarto de siglo encerrado en los recovecos de su oficio, pero nadie reconocía en él más mérito que el de un director —con oficio sólido pero rutinario— de películas de encargo, concebidas y hechas al dictado de los estudios. Pero el enorme, casi mareante éxito (arrastró a los cines masas ingentes de espectadores en las cuatro esquinas del planeta), que alcanzó con Solo ante el peligro en 1952 y De aquí a la eternidad en 1953 volvió del revés su imagen y le convirtió casi de la noche a la mañana en un director “estrella” equiparable a los dos más cotizados de aquellos años: William Wyler y George Stevens.
[4] Zinnemann y Clift siempre se mostraron encantados de trabajar juntos. Parte de su mutua atracción y facilidad para entenderse residía en su asombrosa similitud de espíritu. Ambos eran hombres calmados, obstinados que daban un gran valor a su integridad profesional.
[5] Mientras Frank Sinatra volaba a Los Ángeles para asegurarse el papel, Ava Gardner lo hacía a Londres para tener el hijo de Frankie, que perdió. La actriz confesó más tarde que ésa fue la peor época de su vida, pues quería el hijo, aunque su matrimonio estaba desmoronándose.
[6] En el libro, un cantante trasunto de Sinatra llamado Johnny Fontane acude al Padrino, Vito Corleone, y pide su ayuda para conseguir un papel en una película que puede salvar su carrera. Cuando el jefe del estudio, un aficionado a las carreras, se niega a darle a Fontane el personaje, se despierta una mañana para encontrar la cabeza decapitada de su caballo favorito descansando a su lado en la cama. El horrorizado ejecutivo, dándose cuenta de que la Mafia no se detendrá, le da el papel a Johhny, y su carrera revive.
[7] Se dice que el perfeccionismo de Monty era una de sus señas de identidad. Entre las numerosas anécdotas de su vida hay una que retrata especialmente su minuciosidad a la hora de preparar sus papeles: Clift visitó todos los establecimientos de Los Ángeles tratando de encontrar la misma clase de pieza bucal de cristal que Prewitt utilizaba cuando ejecutaba el toque de silencio en Arlington, sin éxito, porque aquel tipo de acoplamiento ya no se fabricaba.
[8] De aquí a la eternidad se convirtió en un talismán para las carreras de todos sus responsables, sobre todo para Frank Sinatra, cuyo Oscar al Mejor Actor de Reparto simbolizó su conquista personal de la adversidad. La película también se reveló fundamental para Burt Lancaster. El papel del sargento Milton Warden llevó al actor al mejor momento de su carrera: su primera nominación al Oscar y el premio al Mejor Actor de 1953 de la Crítica de Nueva York. Lancaster seguía madurando como intérprete y los críticos lo reconocían sin reservas a través de sus reseñas y de sus elogios. El “New York Times” resumió su interpretación con este conciso comentario: «Lancaster es el modelo del hombre entre los hombres; está perfectamente convincente porque comprende instintivamente la complicada y sutil estructura de fuerza y honor en la que se basa la sociedad masculina».