Superman fue, entre otras muchas cosas, la película que aumentó en quince millones de dólares la fortuna de Marlon Brando por quince minutos de presencia en pantalla, auditiva o visual.

Superman fue un blockbuster inmediato. Pero Marlon Brando, Richard Donner y el guionista original, Mario Puzo, no estaban contentos, acusando a los Salkind de estafarles en sus esperados porcentajes de los beneficios. Sólo dos días después del estreno de la película, Brando interpuso una demanda por una cuantía de $50 millones. También solicitó a la Corte Superior de Los Ángeles un mandamiento judicial contra la distribución de la película o el uso de su “nombre, actos, interpretaciones, imagen, voz, y/o otros atributos personales”. El 26 de diciembre, la corte se negó a interponer una orden de retención temporal, concluyendo que no existían evidencias de daños. Los Salkind, entre tanto, despidieron a Donner como director de Superman II, reemplazándole por el británico Richard Lester, y eliminaron todas las escenas de Brando en la secuela.