El guión original de Bonnie y Clyde, obra de David Newman y Robert Benton, pasó por varias manos antes de llegar a las de Warren Beatty. Previamente había sido ofrecido a Jean-Luc Godard y a Francois Truffaut, pero los dos cineastas franceses lo rechazaron no sin antes sugerir algunas modificaciones. El guión acabó en manos de Beatty, quien se reservó el papel protagonista y reclamó a su amigo Arthur Penn, con quien ya había trabajado en Acosado, para dirigirlo, además de encargarse de buscar fondos para su financiación.
Warner Bros no se molestó en el lanzamiento de Bonnie y Clyde. Y eso que Warren Beatty había invitado a los grandes de Hollywood, a los hombres que él admiraba (Billy Wilder, Fred Zinnemann, Sam Goldwyn, George Stevens, Sam Spiegel…), a un pase en Sunset Boulevard que acabó entre aplausos, vítores y un grito desde el fondo de la sala: «¡Señores, Warren Beatty acaba de darnos por el culo!». La película se estrenó en Nueva York el 13 de agosto de 1967, en los cines Murray Hill, pero se encontró con una preocupante oposición inicial en USA a causa de su frenética violencia y de sus corrosivas dosis de cinismo. Luego, cuando volvió a reponerse con carácter de auténtico estreno, los resultados superaron las previsiones más optimistas. El apoyo incondicional del público, refrendado con diez nominaciones al Oscar, aupó a Warren Beatty a la cúspide de la fama, además de incrementar considerablemente su cuenta corriente (“Variety” calculó en más de seis millones de dólares los beneficios del actor).