Con un presupuesto de cinco millones de dólares, John Huston no reparó en gastos a la hora de preparar la película. Ningún detalle quedó en la recámara. La película necesitaba, por supuesto, una ballena blanca, y para “interpretar” a Moby Dick no bastaba con ninguna criatura viviente. El costoso cetáceo era un modelo de goma de 92 pies de largo y varias toneladas de peso, fabricado con una piel de plástico y goma sobre un cuerpo de acero. Los controles electrónicos le permitían sumergirse, expulsar agua y estrellar su cola contra un barco.

John Huston escogió a Orson Welles (imagen anterior, comentando algún aspecto del rodaje) para el pequeño pero importante papel del predicador de New Bedford, el Padre Mapple, que el genial actor y director bordó brillantemente en una sola toma.

La premiere de Moby Dick se celebró en New Bedford el 27 de junio de 1956. Cuando Gregory Peck y el director llegaron al aeropuerto el día 25, había diez mil personas esperando para recibirlos, y otras veinticinco mil flanqueando las calles en dirección a la ciudad. Al día siguiente hubo una serie de actividades relacionadas con el cine, coronadas el día 27 con un desfile presenciado por cien mil personas.