Muchos son los personajes a los que Henry Fonda concedió marchamo de inmortalidad en la pantalla: el patético Tom Joad de Las uvas de la ira, el melancólico Wyatt Earp de Pasión de los fuertes, el cura atormentado de El fugitivo, el arrogante coronel de Fort Apache, el contrabajista injustamente acusado de robo en Falso culpable y el dubitativo jurado de Doce hombres sin piedad. Pero no acaban aquí sus grandes composiciones. Falta, al menos, una. Su personaje más emblemático, aquél en el que puso toda su alma y al que encarnó miles de veces en la escena, Mr. Roberts, el inolvidable protagonista de Escala en Hawai.