El héroe de La ley del silencio es un estibador, miembro de un sindicato, al que circunstancias muy dramáticas llevan a denunciar a sus jefes. El tema de la delación está, pues, en el centro de la película, y todo gira en torno a la cuestión de si es lícito o no es lícito delatar. Filmada tan sólo dos años después de que Kazan diera el nombre de sus compañeros ante el Comité de Actividades Antiamericanas, la cinta despertó las iras de la izquierda, que sólo pudo interpretarla como una apología del delator.