Casi todo el equipo de La reina de África contrajo el paludismo y la disentería. John Huston y Humphrey Bogart, sin embargo, parecían inmunes. «En realidad durante todo el rodaje viví como un vegetariano», explicó Bogart. «Comía alubias cocinadas y espárragos de lata y bebía whisky escocés. Cuando una mosca nos picaba a Huston o a mí, caía muerta al instante».

A una edad en la que la mayoría de los actores se conforman con interpretar personajes que les permitan instalarse en una madurez profesional más o menos estable, Humphrey Bogart se embarcó en una apasionante aventura en la selva africana. Allí, entre otras cosas, se dedicó a su deporte favorito: las copas. John Huston le dijo a Bogart que el héroe de La reina de África era un borracho y un proscrito: «Tú eres el mayor borracho de la ciudad, así que eres perfecto para el personaje». En su novela, Forester describía a Charlie Allnut como un borrachín sucio y desastrado: «De su labio superior colgaba un cigarrillo; Rose no tenía ni la más ligera idea de cuándo lo había encendido, pero aquel cigarrillo colgante era el toque final en el retrato de Allnut… Una barba rala y diseminada, en total apenas un centenar de negros pelos, empezaba a brotar de sus enjutas mejillas».