La Metro echó la casa por la ventana con El mago de Oz. El presupuesto se elevaba a 2.770.000 dólares, un millón más que el de una producción media de la casa, y el plan de rodaje fue igualmente generoso: doce semanas de ensayos, seguidas de casi seis meses de filmación, frente a las ocho semanas de rodaje de una película normal.
En la elaboración del guión participaron catorce escritores, entre acreditados y no, pero los principales autores del texto fueron al parecer el joven escritor inglés Noel Langley y E. Y. Harburg.
Judy Garland había sido contratada por la Metro en 1935, gracias a un espectacular casting de voz en el que había hecho temblar las paredes del estudio. Tras la operación de embellecimiento de rigor —fundas para los dientes, dietas draconianas—, el estudio le había dado un papel en La melodía de Broadway. Tanto Arthur Freed como Mervyn LeRoy se adjudicaron el mérito de contratar a esta poco atractiva y regordeta adolescente de Minnesota llamada Frances Gumm para el papel de Dorothy. «Algunos productores de la Metro querían a Shirley Temple», afirmó LeRoy. «Pero yo siempre quise a Judy. Por su voz. Por su personalidad… Me empeñé en hecerle una prueba. Estuvo sensacional». Freed tampoco se quedó atrás a la hora de otorgarse todo el mérito del descubrimiento de la joven. Dijo que Jack Robbins, el jefe de la división musical de MGM, le llamó un día e insistió en que fuese al Escenario Uno. Cuando llegó, encontró a la joven Frances Gumm cantando “Zing! Went the Strings of my Heart”. Entonces, corrió a la oficina de Mayer y le arrastró de vuelta al escenario, donde Frances entonaba una canción judía que hizo que el jefe de la Metro se echase a llorar. En cualquier caso, la futura Judy Garland fue contratada el 27 de septiembre de 1935. Tenía trece años.
La Metro se había inclinado en un principio por hacer una comedia musical, con Ed Wynn o W. C. Fields, dos de los mejores cómicos de la época, en el papel del mago, y con Fanny Bride o Beatrice Lillie, sus homólogas femeninas, en el papel de Glinda, el Hada Buena. Pero los cuatro artistas rechazaron la oferta, y ambos personajes fueron a parar a manos de Frank Morgan y Billie Burke, dos actores de carácter especialistas en expresar una particular actitud que podríamos describir como de aturdimiento simpático. Fran Morgan (fotografía anterior) no se incorporó a El mago de Oz hasta que la Ciudad Esmeralda sucedió al Bosque Encantado en el Plató 27, a mediados de enero. La Fox accedió a ceder a Jack Haley para el rol de Hombre de Hojalata. A Haley, por supuesto, se olvidaron de informarle de la causa del cese de su predecesor. A mitad de rodaje, el actor contrajo una grave infección ocular —causada por el maquillaje— y los médicos estuvieron cuatro días luchando por salvarle la vida. Lo consiguieron.