Para Clark Gable, trabajar con la Columbia parecía un castigo después de las elegantes comodidades de MGM, un revés para su ascendente carrera. En esa época, el actor estaba en la perrera de la Metro, según las malas lenguas por exigir más dinero y por rechazar ciertos papeles. El actor no se tomó nada bien esta jugarreta y estuvo borracho durante varios días. Felizmente para Gable, para Columbia y para Capra (que tenía un diez por ciento de los beneficios netos), Sucedió una noche resultó ser el gran acontecimiento de 1934, batiendo un récord de permanencia en salas y ganando varios premios de la Academia. La película abrió la gran época de la comedia americana y cambió la naturaleza del negocio. No sólo fue la primera screwball comedy de la historia del cine, sino que ciertamente fue la más popular y estableció los parámetros del género para los años venideros. Sucedió una noche puso en marcha una larga serie de variaciones sobre el mismo tema, aunque ninguna de ellas tan fresca ni excitante como el original.
«Esa escena en el motel, donde nuestras camas estaban divididas por una manta a la que llamábamos “Los Muros de Jericó”, fue considerada muy atrevida en su momento», recordaba Claudette Colbert. «Y aún pienso que es sexy. Por supuesto, cualquier cosa podía ser sexy si Clark estaba en el otro lado de la manta».
Al trabajar con Clark Gable, Frank Capra borró la línea divisoria entre el héroe y lo cómico. Le dio a Gable escenas que estaban usualmente reservadas para los cómicos de slapstick. Gable enseña a Colbert cómo mojar un donut (imagen anterior) y cómo hacer auto-stop. Ella le enseña algo mejor al mostrar una pierna y hacer que un coche se detenga inmediatamente. El público podía reírse con el héroe y al mismo tiempo, admirarle.
La famosa escena de “la pierna es más poderosa que el pulgar” planteó problemas a Frank Capra. Claudette Colbert se negaba al principio a enseñar las piernas, que no consideraba perfectas. Al final se dejó convencer por el director, sobre todo al comprobar que las piernas de la starlett que iba a encargarse de doblarla eran más feas que las suyas.
Clark Gable arruinó las ventas de camisetas cuando se reveló desnudo de cintura para arriba tras quitarse la camisa mientras se desviste para irse a dormir. Quienes sí salieron beneficiadas fueron las compañías de autobuses. Hubo un marcado incremento de jóvenes viajeras solteras, todas esperando, sin duda, encontrarse sentadas al lado de ese Mr. Perfecto sin camiseta.