«No podemos tener salud ni nada bueno puede crecer, pues la tierra es una con el Dragón Renacido y él es uno con la tierra. Alma de fuego, corazón de piedra, altivo conquista y obliga a los altivos a doblegarse. Conmina a las montañas a que se arrodillen, a los mares a que le abran paso, y al propio firmamento a que le rinda pleitesía. Ojalá el corazón de piedra recuerde el llanto y el alma de fuego, el amor».
Fragmento de la controvertida traducción
de Las Profecías del Dragón por
la poetisa Kyera Termendal, de Shiota,
supuestamente publicada entre el 700 y el 800 AL