Tras la muerte de Juan Pablo II, y hasta la celebración del cónclave que terminó con la elección de Benedicto XVI, las «apuestas» sobre los papables que tenían más opciones para hacerse con el solio pontificio compartieron protagonismo con otras listas —menos ortodoxas—, en los medios de comunicación.
Periódicos, programas de radio y televisión [93] se hicieron eco de la existencia de varias profecías sobre los papas, que podrían servir para averiguar quién iba a ser elegido como nuevo Vicario de Cristo.
No era un fenómeno nuevo. En realidad dichas profecías han captado el interés del público e incluso de la propia Iglesia desde el momento en que fueron formuladas, la mayoría muchos siglos atrás.
Aunque este capítulo no hace alusión a comportamientos indignos y condenables de los pontífices, no me resisto a analizar este tema, que si bien no pertenece a la historia negra de los papas, si merece ser incluida en el apartado referente al lado oculto y menos conocido de la Iglesia.
Lo que usted, amigo lector, encontrará a continuación es un repaso a las profecías papales más importantes y conocidas. Quisiera dejar claro de antemano que mi postura hacia este tema es de profundo escepticismo, si no de negación total. Eso no impide sin embargo que resulte interesante su análisis, sobre todo si tenemos en cuenta que los fieles y la propia Iglesia —al menos en determinadas épocas de su historia— toman en cuenta lo que dicen algunas de estas pretendidas profecías. Es posible incluso que miembros de la curia, como buenos conocedores de tales textos, hayan intentado utilizarlos en su propio beneficio…