JOSÉ ASUNCIÓN SILVA (Bogotá, 1865) fue una de las voces más altas de la poesía colombiana. Se le reconoce, junto a Rubén Darío, como uno de los creadores del Modernismo hispanoamericano.

Dotado de una gran sensibilidad artística y de una notable inteligencia, tuvo una formación literaria precoz, resultado de un ambiente familiar cultivado y creativo. A los dos años de edad ya tenía fama de prodigio en Bogotá, pues sabía leer, escribir e incluso pintar. Sin embargo, afectado por la burla constante de sus compañeros de colegio, que le llamaban «José Presunción», acentuó su timidez encerrándose a sí mismo durante toda su niñez.

En el año 1884 comenzó a colaborar con su padre en los negocios y se trasladó a Europa donde leyó copiosamente y vivió con intensidad la vida sofisticada de París, Londres y Suiza. Conoció la vida bohemia y frecuentó a poetas simbolistas. Entabló amistad Oscar Wilde y fue habitual acompañante de Stéphane Mallarmé.

Tras la muerte de su padre regresó a Bogotá transformado en un dandy parisino. La empresa familiar se declaró en banca rota y tuvo que aceptar un trabajo gubernamental en Venezuela para sobrevivir. En uno de aquellos viajes laborales, el barco que transportaba su equipaje naufragó perdiendo así la mayor parte de sus manuscritos, incluido De sobremesa.

El dolor y el agobio económico lo doblegaban pero pasó sus últimos días trabajando febrilmente en la reconstrucción de la novela y empezó a reescribirla de memoria. Hasta que la madrugada del 23 de mayo de 1896, tras una íntima velada con amigos, José Asunción Silva se suicida disparándose con un revólver «Smith & Wesson» en el corazón. Sus restos fueron inicialmente enterrados en el muro de los suicidas del cementerio común y posteriormente fueron trasladados al pasillo principal del Cementerio Central de Bogotá, donde comparte un mausoleo al lado de su amada hermana Elvira.